sábado, 10 de diciembre de 2016

Las luces

Eran las 4 de la madrugada del 30 de agosto de 1977 en  Campo de Mayo.
Los despertaron encendiendo de golpe todas las luces de la cuadra. 
De nuevo el sargento leyó, a los gritos, la temida lista. 
Volvió a nombrarme, por error. 


drf
Charla





LLegaste tarde primo,
tarde para los poemas,
para los vinilos de Dylan,
para los nocturnos de Chopin,
tarde para que tu maldita fuerza me atraviese
y me cure definitivamente,
tarde para nuestra caminata por el pinar sureño,
para tu sonrisa suficiente.

Me enterrarán en el ala este del cementerio de Olivos,
al lado de abuelita.

No prometas visitarme, no es necesario,
pero si un día pasás por la puerta,
entrá solo,
no quiero que interrumpan nuestra charla
nunca más.


drf
Para diciembre


Para diciembre quiero:
que la ligustrina me permita entrar por el pasillo,
el rosal curado,
tu vieja testarudez de chica mal criada
y ese aire de suficiencia.
La canilla sin arreglo, una perra, 
la pesadez del mediodía porteño, los ideales.
Para diciembre quiero:
un olor a balneario cercano,
la palmera del fondo y sus dátiles inalcanzables,
la sombra dibujada sobre las tejas.
Tres tapiales bajos, espiadores,
Arcenio carajeando a su cortadora de pasto.
Para el mes de las fiestas:
la descosida reposera de papá
sosteniendo a tu curvo cuerpo adolescente,
mis miedos de siempre.
Blancos muebles de jardín,
blancos trisillos, blanca mesa ratona.
Para diciembre:
esa sonrisa sarcástica,
la decoración de la abuela, piedras y pensamientos,
más piedras y pensamientos.
Y por sobre todas las cosas quiero:
que no haya pasado todavía ese infame 
por tus piernas suaves.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Rusia


¿Qué me has hecho, Rusia?
¿Qué has hecho del pasado?
Te lo has comido. 
¿Qué tan grande tu glotonería,
tu ánimo de simplificación, tu furia?
¿Dónde tantos hombres?
¿Debajo de esa tierra desprolija que todavía se mueve?
¿En lo profundo de algún cauce?
¿Apenas cubiertos por el aserrín de los bosques?
¿Cremados por los cráteres de los volcanes?
¿Qué has hecho, Rusia?
¿Qué me has hecho?
¿Qué del niño, que cavando el arenero de la plaza,
encuentra el fémur de su abuelo?
¿Qué de las viudas, buscando algún utensilio, 
entre montañas de utensilios?
¿Dónde están, Rusia, qué hiciste con ellos?
¿Qué hiciste con la sangre, que pagaste a un cuarto de pan el litro?
¿Qué hiciste con los dueños de ese líquido?
¿Dónde el movimiento?
¿Dónde el fervor revolucionario?
¿Qué de aquellas vidas ardientes?
¿Las cambiaste por purgas?
¿Qué del obrero protegido y bien alimentado?
¿Lo enviaste a Siberia?
¿Dónde el soldado bolchevique, su patriotismo único,
su sed de igualdad, de cambio?
¿Qué has hecho, Rusia?
¿Que me has hecho?
¿En qué convertiste a tus seguidores?
¿En mártires?
¿En poetas y en mártires?
¿Qué has hecho del pasado, Rusia?
Te lo has comido.